Un hombre, en medio del mercado de ropa Tayaran, gritó que estaba enfermo. Cuando una multitud estuvo a su alrededor para socorrerlo, el suicida activó su cinturón explosivo. Poco después un segundo hombre detonó un dispositivo igual que tenía.
AP/EFE/Reuters
Así fue el doble ataque suicida que hubo en Bagdad este jueves 21 de enero, según el mayor general Tahsin al-Khafaji, portavoz del Comando de Operaciones Conjuntas, que incluye una serie de fuerzas iraquíes. Por lo menos 28 personas murieron y otras 73 resultaron heridas.
El atentado se perpetró en el área comercial de Bab al-Sharqi, en el centro de la ciudad. Las autoridades iraquíes le atribuyen el atentado al Estado Islámico, aunque hasta ahora ni ese ni ningún otro grupo armado ha dicho ser responsable.
Las fuerzas de seguridad iraquíes desplegaron a sus agentes y bloquearon las carreteras más importantes de la ciudad para evitar posibles nuevos ataques, según le dijeron funcionarios a la agencia Reuters.
Este es el primer ataque suicida que hay en la ciudad en los últimos tres años. El anterior ocurrió justo en el mismo mercado de ropa, el 15 de enero de 2018, cuando el entonces primer ministro Haider Al Abadi declaró la victoria sobre el Estado Islámico, a pesar de que el grupo armado sigue presente en el norte del país. En esa ocasión, también se trató de un doble atentado suicida. Antes, esa clase de atentados eran comunes, especialmente por la invasión de Estados Unidos a Irak entre 2003 y 2011.
Ahora, el contexto es un profundo descontento social. Desde octubre de 2019, en Irak ha habido múltiples protestas en contra de lo que consideran un sistema político corrupto y responsable de los índices de pobreza. Incluso, en la misma Plaza Tayaran hubo manifestaciones el pasado miércoles que dejaron por lo menos cinco muertos, decesos que se suman a los más de 450 que ha habido desde el inicio de las protestas hace más de un año.
