La película surcoreana “Parásitos” dirigida por Bong Joon Ho, llegó al Teatro Dolby de Los Ángeles teniendo en su haber los más grandes premios de la industria cinematográfica del mundo (Globos de Oro, Festival de Cannes, entre otros), pero más allá de eso, contando con la aprobación de la audiencia y, sobre todo, de la crítica, pero le faltaba el examen final: el visto bueno de la Academia de Artes y Ciencias que sorpresivamente consiguió.
Por primera vez en la historia de la Academia, El largometraje de habla no inglesa conquistó cuatro estatuillas, las correspondientes a Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Película Internacional y Mejor Guion Original.
Bong Joon Ho -quien no habla una palabra de inglés- se había dado por bien pagado después de subir al escenario para retirar el galardón que se otorga al mejor filme en lengua extranjera. Ansiaba acercarse al bar, pero conforme avanzó la noche sus planes se retrasaron porque a su obra le faltaban más reconocimientos.
Parásitos estaba por hacer historia en la edición número 92 de los Óscar. Con el transcurrir de los minutos el realizador descubriría que su mezcla de humor negro, drama y suspenso protagonizada por la familia de Kim Ki-taek se convertiría en la primera producción extranjera que alzara el reconocimiento a Mejor Película.
Y es que desde hace rato en la Academia soplan vientos de cambio, ya que la distribución de los galardones se ha vuelto más equitativa y más justa. Parásitos ha hecho historia en el mundo del séptimo arte.